dimecres, 5 d’agost del 2009

COCKTAILS

Nota de l'autor del llibre ‘Cocktails’ disponible a Torre Rosa

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MI TERCER LIBRO

Ni remotamente voy a intentar presumir que soy un gran entendido en el mundo de los cócteles, pero si puedo decir que soy un gran enamorado de ellos, personalmente a lo máximo que llego, es a conseguir realizar cinco o seis

con cierta similitud a los originales. Por lo tanto en el momento que decidí cerrar mi trilogía con COCKTAILS, no tuve más remedio que echar mano una vez más de mi amigo y colaborador en mis dos libros WHISKIES DE MALTA y MIS DESTILADOS, así como en mi revista WSK Drinks & Spirits, Ángel San José, primer barman del Casino de Madrid, un auténtico experto en estas lindes.

Me decidí por el mundo del cocktail por varias razones, la primera porque es un tema que siempre me ha atraído, la segunda porque después de haber escrito sobre los whiskies de malta y sobre los destilados en general, los dos me dieron la pauta de las necesidades del mercado, un libro de cócteles sería bien recibido tanto por profesionales como aficionados. Para mayor abundamiento, a través de mis recorridos he podido constatar el espectacular resurgimiento de los cócteles en la mayor parte de ciudades de España, la aparición de nuevas coctelerías es un hecho inobjetable y puede que ahora sea el momento para desempolvar viejos recuerdos y presentar también últimas innovaciones que se están produciendo en todas partes de la mano de jóvenes promesas que de una forma u otra quieren emular al “Profesor” Jerry Thomas (1850- 1860).

Por último, el cocktail es un espectáculo que se traduce en color, aroma y sabor gracias a las expertas manos que lo realizan, un cocktail conlleva sabiduría en la composición de las mezclas, exactitud en las distintas proporciones y elegancia en la presentación. Un cocktail debe deslizarse en nuestro paladar como un terciopelo líquido que nos agrada y reconforta como un abrazo suave y cálido que abra nuestros poros mentales y nos disponga a la conversación.

El cocktail por encima de todo necesita tiempo, tiempo que le tenemos que dar al barman para elaborarlo y tiempo que debemos dedicar nosotros a degustarlo, un cocktail no se toma a tragos, un cocktail se toma a sorbos, disfrutando a cada instante de su color y su sabor, también se debe tomar en el lugar adecuado, sin luces ni músicas estridentes, el cocktail quiere un traje que le rodee, un ambiente cálido y tranquilo, se me ocurre una barra muy cómoda o un mullido sofá mientras suena algo de Cole Porter o Paul Desmod junto a la compañía adecuada, los minutos que tardemos en consumirlo nos deberán parecer como si hubiéramos estado fuera del mundo. Para mí el cocktail no es una bebida, sino un sentimiento.

Querido lector, levanto mi helada copa de Vodkatini, mí preferido, y brindo por ti con el deseo de que tal como vayas pasando páginas, te vaya inundando progresivamente este mismo sentimiento.

¡Salud¡

Ramón Muñoz